30 ago 2011

LA INDUSTRIA TEXTIL EN ALBACETE. “Los talleres de Alcaraz y Chinchilla”







Las primeras noticias conocidas sobre la ubicación de centros textiles en la provincia de Albacete son escasas y vienen recogidas en las obras de geógrafos y viajeros árabes que tuvieron un conocimiento directo sobre este territorio, en el que debieron estar extendidos los talleres domésticos para consumo local de paños, lienzos, estameñas y otros, si bien, sobre la confección de alfombras, los testimonios documentales disponibles se reducen a las poblaciones de Alcaraz, Chinchilla, Férez, Hellín, Letur,  Liétor, Yeste y Villamalea. Las menciones más tempranas se refieren a la Chinchilla musulmana, aludida en el siglo XI por el geógrafo Al-Udri como lugar de fabricación de alfombras.
Estas noticias se suceden hasta la conquista cristiana de la ciudad; así, Al-Edrisi refiere: “…en ella se fabrican tapices de lana que no podrían ser imitados en otras partes, circunstancia que depende de la cualidad del aire y de las aguas…”; o Ibn-Said quien reseña cómo “… en Chinchilla, lugar del distrito de Murcia, se fabrican tapices, los cuales suben un octavo de su precio en el Oriente…”
Vemos pues cómo las raíces de esta actividad penetran hasta los tiempos de la dominación musulmana en que se establecieron los primeros talleres extendiendo su manufactura y uso, continuada después por manos mudéjares y moriscas cuya población fue importante en estos lugares.
Un dato revelador sobre la difusión de estos talleres domésticos viene determinado por el hallazgo de un grupo de piezas–actualmente en el Museo de Albacete– pertenecientes a un gran ajuar doméstico que fue ocultado durante el siglo XI en el paraje de los Infiernos (Liétor); nos referimos a un templén, pieza propia de un telar horizontal, un peine de telar y diversas agujas y tijeras de las empleadas por los tejedores.
A Chinchilla que contó con tempranas ordenanzas textiles, se le otorgó bolla para indicar el origen y calidad de sus producciones y, aunque disfrutó de inmejorable situación estratégica y dispuso de grandes rebaños con un amplio alfoz del que extraer recursos, inició su declive textil a mediados del siglo XVI, no siendo ajeno a éste la pérdida de gran número de molinos situados en la ribera del Júcar, para terminar desapareciendo por completo esta manufactura a finales del siglo XVII.
Alcaraz, con un importante núcleo mudéjar y una amplia zona de influencia que sobrepasaba su extenso alfoz, sería el otro gran centro provincial donde se fabricarían una alta gama de productos textiles, entre los que pronto destacaron sus afamadas alfombras por cuya producción la ciudad de Alcaraz se convertiría en el centro más importante del siglo XVI, alcanzando gran prestigio.
Fueron tan buscadas y cotizadas, que figuran en la mayoría de inventarios de bienes reales, entre los que figuran los de Isabel la Católica, Isabel de Portugal, Margarita de Austria o Juana la Loca y los de nobles como el de Beltrán de la Cueva y otros muchos que harían la lista interminable, sin olvidarnos de la Iglesia. Era costumbre admitida que el Concejo utilizara la alfombra como presente para influir en decisiones donde mediaran intereses municipales, como consta documentalmente.
La importancia de los rebaños junto a la abundancia de pastos proporcionó lanas de gran calidad –la vellorí era la más fina– utilizadas en esta manufactura que atrajo hacia sí  maestros tintoreros de Aragón; su seña de identidad fue la utilización del nudo sencillo o español en un amplio abanico tipológico, como las denominadas Almirante que los especialistas tienden a considerar de Letur, o las de tipo Holbein, popularizadas por este pintor en sus cuadros, hasta las más extendidas de brocados góticos y renacentistas con la típica piña, corona o ruedas.
Sobre la decadencia de esta industria, patente ya en el siglo XVII, se apuntan diversos factores, como la expulsión de los moriscos, la disminución de la riqueza y las grandes epidemias que restringieron el comercio por miedo al contagio. La línea entre productos fabricados en Letur, Liétor o Alcaraz es difusa pues fue costumbre denominar genéricamente las alfombras de estas villas como propias de Alcaraz; en cualquier caso será Liétor la única población que en el s. XVIII mantendrá la fabricación de este tipo de alfombras. –Sánchez Ferrer, J. Alfombras antiguas de la provincia de Albacete. IEA. (1986)


Cronología: la ciencia en el siglo XVI en España y fuera de España.

En este siglo se abandona la Escolástica y se define el método científico de investigación.
1512. Copérnico establece que el Sol es el eje del Sistema Solar.
1527. Diego Rivero realiza el primer planisferio basado en observaciones empíricas de latitud.
1543. Blasco de Garay realiza las primeras pruebas de máquina de vapor aplicada a la navegación.
1545. Martín Cortés define los polos magnéticos diferenciados de los terrestres basado en las desviaciones de la brújula en los distintos lugares.
1553. Miguel Servet describe la circulación sanguínea. Es quemado en Bruselas.
1588. Francisco Díaz publica el primer manual de urología del mundo.


BIOGRAFÍA.

La alfombra que nos ocupa depositada en el Museo de Albacete, gracias a su adquisición por parte de la Diputación de Albacete, el IEA y la Asociación de Amigos del Museo de Albacete, se puede datar en la 2ª mitad del siglo XVI por la técnica que presenta en su realización, al ir tejida con hebra de lana y utilizar el nudo español que envuelve un solo hilo de urdimbre, cruzando sus extremos por detrás para volver a salir a la superficie por ambos lados del mismo y conseguir de esta manera una trama en zigzag; De estilo renacentista con el campo central imitando brocados, posee todos los elementos para considerarla de los talleres de Alcaraz o Liétor.  

Autor: Pedro José Jaén Sánchez. 
Licenciado en Geografía e Historia.


Publicado en La Tribuna de Albacete, Viernes 19 Agosto 2011. pág. 13