21 sept 2017

¿ TESORO OCULTO ? Contenido de una carta arábiga





¿TESORO OCULTO?
En el archivo municipal de Socovos (Albacete) se conserva un curiosísimo documento sin fechar, que según reza su encabezado es la copia de una carta arábiga, escrita originariamente por Muley Jalaf, y copiada posteriormente en fecha indeterminada.
El escrito despierta serias dudas sobre su autenticidad, y aunque mantengo esta sospecha, no resisto la tentación de darlo a conocer íntegramente junto a su transcripción, añadiendo algún comentario sobre lo singular de su contenido, pues relata, entre otros extremos, las circunstancias por las que fue ocultado un fabuloso tesoro en las entrañas de la tierra, dentro de una gruta, que fue sellada posteriormente como se relata en el texto.
Muley Jalaf, inicia la carta con grandes alabanzas al rey Boabdil, informando seguidamente como ha tenido conocimiento “… del cerco de los malos que tenemos en castigo de nuestras culpas…”
El documento quizás alude, como motivo de esta ocultación, al cerco de Granada por parte de las tropas cristianas y su posterior caída, posiblemente. En cualquier caso, a continuación afirma como:
“… Mahoma castigara con espanto los males que nos hacen. Venceremos, derramaremos sangre de los christianos, y quedaremos con la victoria, y sus cabezas en las torres de la Alhambra; tu Señor quedaras triunfante, y todos alegres…”
El conocimiento que manifiesta tener de estos “contratiempos militares” y el hecho de transportar un fabuloso tesoro, que, en palabras de Muley, pertenecía solamente a los súbditos de Boabdeli (Boabdil) asentados en las distintas ciudades, villas y lugares del reino nazarí, le obligó, según el texto, a variar su camino y adentrarse en la sierra, hasta llegar a la Gruta de Safar, donde ocultaron el tesoro que transportaban para evitar que callera en manos cristianas, mencionando varios topónimos que dejaron atrás en este singular recorrido, algunos de los cuales son comunes en las sierras albacetenses
 ( Maguillo…), y en otros lugares de nuestra geografía.




El contenido del tesoro que se ocultó en esta gruta, según se describe, estaba formado por: 16 cajones de moneda de plata; 11 cajones de moneda de oro; dos cajones de sables; 6 bolsas de Aljofares[1] y 10 de aromas de Arabia.
En cualquier caso, después de depositar este tesoro ·… a quatro picas de la entrada…”, la gruta se selló “… con piedras fuertes y yeso; y todo lo demás de tierra y piedra mazizado; la primera entrada con otra piedra grande y fuerte; cubriose de tierra, echose de la semilla para que naciese la yerba…”
Al terminar todos estos trabajos, se realizó un ritual en el que se pedía con oraciones y perfumes al gran Profeta, la guarda y custodia de este tesoro.
Seguidamente, se celebró un conjuro –al que tan dados eran los moriscos–, “…derramándose sangre de dos machos rubios, dos carneros negros y dos becerros manchados…”, para regresar a continuación a las montañas de las Alpujarras. Este documento está fechado “… el día martes del mes de marzo…”, sin especificar el año, que sería anterior a la toma de Granada, según se desprende del escrito. Al parecer, el documento original se firmó en la Gruta de Safar, asegurando los firmantes ser verdad todo lo escrito por Muley Jalaf, el día tres del mes de Chiavan, que posiblemente se refiera al mes Shaban, el mes del profeta y del perdón, que precede al Ramadán y es sagrado para los árabes.
Moviéndonos en el terreno de las hipótesis, inicialmente es posible que existiese un documento original árabe, que no tenía por qué contener la misma información que se ofrecía en el que creemos es una falsificación, y del que, posiblemente, se obtuviese una primera traducción modificada; de ésta, saldrían, con el tiempo, otras muchas, alteradas en lo sustancial, dando con ello lugar a diversas correcciones en el texto, titubeos, falta de claridad en algunas letras…, utilizando, además, topónimos comunes a diversos lugares de la Península, por lo que es muy posible que las copias se utilizaran para embaucar a la gente codiciosa,  vendiéndoles estas falsas cartas a cambio de cierta cantidad de dinero.
En cualquier caso, esta carta contiene todos los ingredientes necesarios para despertar la codicia de las gentes, basada en descubrir un gran tesoro oculto, casi siempre originario de la época de los árabes, como se desprende del acervo popular, dando con ello “rienda suelta” a la imaginación, para terminar instalándose permanentemente en sus sueños.
A lo largo de la geografía española se conocen diversos casos en los que se realizaban documentos falsos, “inventando” el contenido de los mismos, aunque incorporando elementos verídicos –en parte–, y utilizando la grafía de la época que era imitada de otros documentos. Paradigmático es el caso de Bonifacio Montero, activo a finales del siglo XIX como abogado en Cilleros (Cáceres), aunque en lo que verdaderamente destacaría sería en la elaboración de su afición favorita: la fabricación de libros falsos de tesoros. Para ello, escribía los documentos con tinta añeja, incluyendo topónimos conocidos y lugares, más o menos misteriosos; estos documentos los envejecía con humo, llegándolos a enterrar para que se impregnasen de humedad y moho, logrando con ello un aparente aspecto antiguo (Luque. 2012, pág. 304– Corrales Gaitán en www.chdetrujillo.com, pág. 3).
Con todas estas artimañas conseguía cuantiosos beneficios por la venta de los mismos, pues siempre había personas dispuestas a pagar por conseguir este tipo de documentos.

 COPIA DE LA CARTA ARÁBIGA





TRANSCRIPCIÓN 


COPIA DE LA CARTA ARABIGA

La alabanza solo a Dios removedor de toda malignidad/
La ayuda de Dios sea contra su Yra, y Dios mantenga/
en tanta altura al que alcanzó con fuerza y valor la coro/
na mas firme, rey Boadeli, sol, que alumbra, defensor/
de la honra de Dios y de nuestro gran Profeta. Sálvete Dios, /
Y no permita que jamás se vengue de ti, tu enemigo. /
recivimos la noticia del cerco de los malos que tenemos/
en castigo de nuestras culpas. El enbiado de Dios, el apostol/
Y defensor de nuestra Ley Mahoma castigará con espanto los/
males que nos hacen. Venceremos, derramaremos sangre/
de los Christianos, y quedaremos con la victoria, y sus cabezas/
en las torres de la Alhambra; tu Señor quedarás triunfan/
te, y todos alegres./
no quisimos aventurar  tu tesoro y la caja será/
de tus súbditos de las ciudades, villas y lugares, y las alajas/
de las naos de Argel, torcimos el camino, y retirados a la/
Sierra, pusimos a la falda de la Elada y de Guarrón[1],  en la/
gruta de Safar, a el oriente, media milla del camino por/
Fuente de las Peñas a la deestra de la Cuesta del Magillo/
del otro lado de las fuentes, y  a las espaldas del Tajo de la/
 Escarcha, a quatro picas de la entrada 16 cajones de mo/
neda de plata, y 11 de oro; dos cajas de sables; 6 bolsas de/
Aljofares y 10 de aromas de la Arabia; se cubrió la/
última entrada con piedras fuertes y yeso; y todo lo/
demás de tierra y piedra mazizado ; la primera en/
trada con otra piedra grande, y fuerte; cubriose de/
tierra, echose de la semilla para que naciese la Yer/
ba; se encargó con oraciones, y perfumes a nuestro/
gran Profeta la guarda y custodia de estos caudales, de/
rramandose sangre de dos machos rubios, dos carneros/
negros y dos bezerros manchados, dimos la vuelta a/
cia las montañas de Alpuaarras para asegurar a tus/
fieles musulmanes del estado de las cosas de Granada/
a ti gran Señor deseamos la victoria qual eres justo, libe/
ral, y que a tu vista no puede llevar persona alguna la me/
nor ventaja; sea Dios y nuestro Profeta con nuestro Señor rey Bo/
abdeli, en el dia martes del mes de marzo= Muley Jalaf=
En el nombre de Dios que tiene misericordia, y es/
misericordioso con sus fieles juramos y atestiguamos/
que lo que dicho es por Muley Jalaf pasó como se escribió y/
 que lo firmó y firmará y Dios que  con su nombre esta/
obra para bien de nuestro rey Boabdeli en la Gruta del Safar/
dia tres del mes chiavan= firmado del Merino



 [1] Perlas pequeñas con forma irregular.

[2] Los autores árabes fijan el nacimiento del Genil en Sierra Nevada; la versión de Rasas afirma que: “… Xenil sale del monte de la Elada…”. La versión facticia atribuida a Rodríguez de Escabias, al escribir sobre los afluentes del Guadalquivir, dice que uno de ellos es el río Genil, también llamado “… Sein e Guadagieni, ca es muy gran rrio, e nace de la sierra de la Elada…” recogido en: Materiales para el estudio de la toponimia hispanoárabe. Nómina fluvial. Elías Terés. Tomo I, Marid 1986, pág. 440. Guarroman hace alusión en su castellanización del árabe al arroyo de los granados, conocido actualmente como Tamajoso. La población de Guarroman, en la provincia de Jaén, perteneciente a la comarca de Sierra Morena, aunque del siglo XVIII, está emplazada en el sitio de la antigua venta de Guarroman.





6 ago 2017

LETUR : TESTAMENTO CERRADO DE PEDRO MARTÍNEZ ÁLVAREZ (1647)



Después del fallecimiento de Pedro Martínez Álvarez en Letur (1647), se procedió a la apertura de su “testamento cerrado”, una variedad de testamento que se depositaba ante el escribano y cuyo contenido permanecía secreto, es decir, se conocía en el momento de abrirlo, y en este caso, depararía algunas sorpresas a los presentes en el acto. En el momento de abrirlo para conocer su contenido se reunieron el alcalde ordinario D. Bartolomé Gutiérrez de Alcántara, el cura de la villa y albacea D. Ginés Martínez, junto con Sebastián Represa Ruiz, también albacea y dos vecinos de la villa que actuaron como testigos, D. Ginés Valero Piñero y D. Francisco López.

Tas la apertura del mencionado testamento, el fallecido declaraba en una cláusula que había depositado en casa de Garcí Gallego Martínez, escribano de Letur, un cofre cerrado de su pertenencia y que el mencionado cofre contenía, según constaba en dicha cláusula, 500 ducados en oro y plata. Para verificarlo, acudieron todos al domicilio del fallecido donde encontraron la llave del mencionado cofre, continuando en grupo hacia la casa del mencionado escribano para comprobar si era verdad lo descrito en el testamento. Preguntado el escribano, respondió que lo del cofre era verdad, sin embargo, nada podía saber de su contenido porque estaba cerrado con llave. Subieron entonces a la cámara donde  este lo había depositado y en un rincón, bajo unos vasos de colmenas, encontraron el mencionado cofre cerrado y metido en una espuerta.

Lo bajaron a la entrada de la casa y a la vista de todos los presentes probaron a abrirlo, sin poderlo hacer, debido a “...estar enrrobinada la cerraxa...”, la cual tuvieron que romper para comprobar su contenido, encontrando en su interior una bolsa vieja que contenía 250 reales de a ocho, de plata doble[1], y un real sencillo de plata, junto a un taleguillo de lienzo que contenía envueltos en un papel, 71 doblones de ocho de a dos[2], y en otro papelillo se hallaron 24 coronas de oro, "... todo lo cual se contó por mí el escribano y por el dicho dotor Gines Martinez…”




 Real de a ocho de plata doble o vieja








 doblon de oro. tomado de setenilhistoriaynumismatica.blogspot,com




El alcalde ordinario, por medio de un auto mandó que esta considerable cantidad de dinero se entregara en depósito a D. Juan Espinosa, alférez mayor de la villa, quién la tendría disponible para afrontar los pagos precisos.





“…En la dicha villa de Letur en diez y seis días del mes de mayo demil y seiscientos y quarenta y siete años su merced el dicho alcalde dixo que para el dinero contenido en la diligençia de arriba aya buen cobro o se guardey se siga efeto lo contenido y declarado en el dicho testamento y confiado en las partes y calida de que Don Juan Espinosa alférez mayor desta villa y ques persona lega llana y abonada mando que se le entregue el dicho dinero y otorgue deposito en forma a que los dara y entregara luego y de contado cada que se le mande por su merced a el dicho alcalde o por otro juez con presente y se ponga en el registro el dicho deposito y fe en estos autos de como lo tiene otorgado para que conste dello y ansi lo mando y firmo. Bartelome Gutierrez de Alcantara. Francisco Ros Capel escribano…”






Por otro auto de la misma fecha, el alcalde mandó que, puesto que no existían otros bienes del fallecido, se pagaran por parte del alférez mayor todos los gastos precisos,  pidiendo cartas de pago para justificar estos:





“…En la dicha villa de Letur en el dicho dia mes y año dichos su merced del dicho alcalde dixo que por quanto no hay bienes del dicho Pedro Martinez para el gasto de su entierro funeral y misas y derechos de testamento papel sellado cera pan y otros gastos y guardas que se pusieron anoche en su casa por ser honbre que no tenia mujer ni hijos y por estar el testamento cerrado y no saber la despusicion ni donde tenia el dinero y se tenia presunción  que lo tenia en su casa y el suso dicho no estar en ella a el tienpo de su muerte y gastos del ynbentario y papel sellado que se a degastar en hacer ynbentario de sus bienes y ocupación de su merced y otros gastos precisos mandaba y mando quel dicho don Juan los pague del dicho dinero y tome cartas de pago de las personas a quien los pagare y se ponga raçon a el presente auto de lo que se pagare y ansi lo mando y firmo. Bartelome Gutierrez de Alcantara. Francisco Ros Capel escribano.






Acto seguido, se encaminaron hacia la casa del fallecido para hacer inventario de sus bienes, encontrando, entre otros, un libro de memorias, además de diversos papeles y cédulas en los que estaban anotadas diversas cantidades que se le debían, bien por préstamos, bien por ventas…



Ynbentario

En la dicha villa de Letur en diez y seis días del mes de mayo de mil y seiscientos y quarenta y siete años su merced de Bartelome Gutierrez alcalde hordinario mando se baya a la casa del dicho Pedro Martinez Albarez difunto y se abra y se fue a la dicha casa y con asistencia de mi el escribano y de Sebastian de Represa Ruyz albaçea del suso dicho y testigos y se hallaron los bienes siguientes:

     Lo primero en la entrada de la dicha casa se hallaron tres esportones y un fardel[3] llenos de çeniça.

     Un arca biexa y dentro della un rropero biexo

     Y se hallaron unos papeles y se pusieron los que se hallaron ser de probecho

     Una execuçion que diçe Pedro Martinez Albarez para Diego Guerrero de Pedro Guerrero

     Otra execuçion que diçe Pedro Martinez Albarez contra Francisco Guerrero Perez de quatrocientos y quarenta reales

     Una Cédula contra Garci Gallego Moreno vecino de Ayna de diez y seis rreales de a ocho en plata que le presto

     Otra Cédula contra Pedro Martinez de Yeste de cinco ducados de una lobera que le bendio

     Una memoria escripta en medio pliego por anbas planas de partidas que le deben

     Un libro de memorias y partidas aforrado en correal[4]

     Una doçena de pares desparteñas

Y no se hallaron otros bienes en la dicha casa

Una casa de un cuerpo alto y bajo y otro cuerpo pequeño alto y bajo dinde la casa de Simon el menor es de Juan Tomas Balero y calle publica y no se tiene noticia de otros bienes muebles ni rrayçes exçeto los vinculados en el testamento que deja a Gines despinosa Blazquez Albarez y su merced del dicho alcalde protesto averiguar si ubiese mas bienes del dicho Pedro Martinez para los traher a este ynbentario cada que los aya y lo firmo. Bartelome Gutierrez de Alcantara







Pedro Martínez había fundado un patronato con dos censos de varios cientos de ducados, del que era patrón García Calvillo, cura de la parroquial de Letur. Al mencionado patronato le debían algunos vencimientos de censos que no habían sido abonados, entre ellos, uno del escribano Matheo Ruiz.





El pago de los gastos generados por este fallecimiento se realizaron generosamente, pidiendo, como se ordenaba, las cartas de pago que los justificaban; por ellas sabemos que se pagaron más de 2.000 reales por los siguientes conceptos, algunos de los cuales venían ofrecidos por el finado en su testamento::



     683 reales y medio de todo el entierro

     540 reales del testamento y las misas que dejó para las ánimas del purgatorio

       44 reales y medio por derechos de cura y sacristán del entierro y funeral

         8 reales a dos guardas (Cristóbal Muñoz Balero y Miguel Martínez)

         3 reales en papel sellado

         6 reales por petición de información y escritura de depósito

         1 real por abrir el testamento

       92 reales cobrados por Pedro Gutiérrez, Salvador Berenguer y Alonso de Sandoval, por la cera, mortaja y entrada en la cofradía de la Sangre de Cristo

        7 reales a Francisco Moreno y Domingo Balero de esta manera: 5 reales por dos Bulas y 2 reales de limosna para casar a huérfanas de la villa.

     540 reales a Ginés Martínez Piñero, clérigo y presbítero y colector de las misas testamentales, en las que entran los derechos de cera








Al parecer, el fallecido dejaba estipulado que todos sus bienes se dieran  a çensos”  según constaba en una cláusula de su testamento, y repartir anualmente los réditos de estos censos conforme venía recogido en la mencionada cláusula. Esta medida no debió ser del agrado de sus descendientes que trataron de conseguir la cantidad resultante después de afrontar los pagos. Para ello firmaron poderes a Salvador Berenguer, vecino de la villa, para que defendiera sus intereses. No tenemos constancia documental del resultado de estas pesquisas, al menos, no constan en el legajo correspondiente a este vecino de Letur, que se encuentra depositado en el Archivo Diocesano de Albacete.













[1] La expresión plata doble, o vieja, es usada en el siglo XVII y primer tercio del XVIII, se encuentra en la legislación y en documentos de la época e induce a confusión, ya que su significado varió con el tiempo. La denominación plata doble se aplicaba a los reales de a ocho y de a cuatro, cuyo valor es doble respecto de sus divisores: 8 de 4, 4 de 2. Esta podría ser la significación de la expresión en su origen, y su origen podría deberse a que los pagos importantes ,para que resultasen menos embarazosos, o bien porque la plata menuda solía estar muy desgastada, se acostumbraban a abonar o a exigir que se abonasen con las monedas de 8 y 4 reales, plata gruesa, y la llamarían por ello plata doble. Las Cédulas de 23-12- 1642 y 12-1-1643 introdujeron una reforma substancial en el numerario de plata: se rebajaba el valor de la moneda menuda al aumentar su talla; esto establecía una diferencia radical entre los reales de a ocho y de a cuatro –la plata doble que se mantenía inalterada– y la moneda nueva menuda de dos reales, sencillos y medios. Es a partir de entonces, creemos, cuando la expresión plata doble tiene no sólo el sentido de duplo, sino que adquiere también el de mayor valor, al designar una moneda con mayor contenido de fino. Frente a la plata doble quedaba ahora la nueva, con menos fino y la menuda vieja en general disminuida de peso. MANUEL VILAPLANA PERSIVA. Hª del Real de a ocho. Universidad de Murcia, 1997. Pág. 167

[2] El oro se nominaba en escudos y su múltiplo superior era la onza o doblón de a ocho. El doblón de a ocho (equivalía a 8 escudos) fueron de curso legal hasta mediados del XIX. Después de los RRCC el nombre de doblón se asignó a prácticamente todas las de oro acuñadas en el imperio español que tuviesen un valor igual o superior a dos escudos. ¡doblones de a ocho! Era el chillido del loro de “la isla del tesoro”

[3] Saco que llevan los pobres, pastores y caminantes para guardar comida y otras cosas de uso personal.


[4] Piel curtida de color tabaco